Orgullosa me hallo despues de irnos los cuatro a Barcelona para que el comino viera una obra de teatro.
Cogimos el tren, cambiamos al metro, llegamos a tiempo (5 minutos de retraso, vale) al meeting point con nuestros amigos, sacamos las entradas y cogimos asiento. Como si hubieramos tenido dos hijas toda la vida, oye.
"Els 3 porquets" es una version libre (muy libre) del cuento que trae loca al comino ultimamente y a pesar de que el sonido fue un desastre y de que el comienzo nos hizo pensar a los papas si era la version infantil de "Crematorio", luego resultó ser una buena inversión de tiempo. Los peques lo pasaron genial y el comino salio diciendo que habia que volver y eso es señal inequivoca de que habia sido un exito.
El retraso en el comienzo y el caos para entrar quedan perdonados por lo bien que nos gestionaron desde el Teatre del Raval la reserva de entradas.
Me pase la obra de teatro de pie acunando al michin, dando teta y cambiando una caca de las que hacen historia en el suelo del lavabo (no habia cambiador, que le vamos a hacer) pero mereció la pena.
Es estupendo comprobar que el comino puede seguir disfrutando con sus padres y su hermana de actividades propias de su edad y yo me siento genial al encontrar ese delicado equilibrio entre cuidar de un bebe y no desatender al hijo mayor.